lunes, 2 de septiembre de 2013

Luces y sombras


Entre los muchos atractivos que atesora la ciudad de Jaca uno de los más sobresalientes es el Museo Diocesano, en la catedral de San Pedro, que alberga una de las más bellas colecciones de pintura románica de Europa y otras destacadas muestras de arte medieval. Un recorrido por las salas de ese centro, que justifica por sí solo una visita a la capital de la Jacetania y que está dirigido por Belén Luque, llevará al viajero hasta un pasado remoto que alumbró el primer estilo artístico europeo. Al mismo tiempo, le permitirá sumergirse en una parte de la vida cotidiana de nuestros antepasados. Citaré tres piezas: los frescos de la sala Bagüés, la verja de la ermita de Iguazel y el capitel del Rey David y los Músicos, un delicioso ejemplo de la rica colección de capiteles que atesoran las naves de la seo jaquesa. El Museo Diocesano forma parte destacada de lo que podríamos denominar las luces de nuestro patrimonio histórico y cultural, porque su existencia es fruto de una serie de decisiones que, tomadas a tiempo, salvaron de la destrucción unos cuantos conjuntos murales. Pero también existen sombras: las que arrojan otros cuando retienen obras que no les pertenecen, como hace Cataluña con los bienes religiosos del Aragón oriental, y las que proyectamos nosotros mismos, cuando no prestamos a nuestro patrimonio la atención que se merece. Ya que hablamos del  románico, citaré la extraordinaria portada sur de la iglesia de Santa María de Uncastillo, cuyo estado de conservación reclama una atención urgente.  
Heraldo de Aragón - 01/09/2013

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