lunes, 11 de marzo de 2013

Los dos Chávez

A Hugo Chávez lo van a embalsamar y exhibir para siempre en un mausoleo como se hizo antes en Rusia con Vladimir Lenin, en China con Mao Tse-Tung y en Vietnam con Ho Chi Minh. A Chávez se le anda comparando estos días con Juan Domingo Perón y Evita (también momificados, ¡qué manía!), porque su histriónica manera de ser podría determinar la política venezolana durante los próximos decenios, al igual que esta pareja ha condicionado la de Argentina. Claro que se trata solo de una suposición, porque nadie es capaz de aventurar durante cuánto tiempo sobrevivirá el chavismo, la revolución bolivariana, a su creador. El mandatario fallecido deja una herencia contradictoria: una notable reducción de las tasas de pobreza en el país, pero una sociedad dividida y una grave situación económica que obligó en febrero pasado a una devaluación del bolívar del 32 por ciento. El escritor colombiano Gabriel García Márquez trató de arrojar alguna luz sobre su personalidad difícilmente repetible, en un artículo que publicó en febrero de 1999 con el título de ‘El enigma de los dos Chávez’. Aventuró entonces las paradojas de su carácter, cuando descubrió en él a «dos hombres opuestos»: «Uno a quien la suerte empedernida –escribió el premio nobel– le ofrecía la oportunidad de salvar a su país. Y el otro, un ilusionista, que podía pasar a la historia como un déspota más». A pesar de las decenas de delegaciones oficiales que el viernes asistieron a su funeral, yo creo que Chávez era esto último, un autócrata bravucón. 
Heraldo de Aragón - 10/3/2013

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