lunes, 18 de febrero de 2013

Espionaje autóctono

Aquella manera chapucera de ejercer la política que el socialista José Marco, a la sazón presidente del Gobierno aragonés, impulsó en los años noventa del siglo pasado con escuchas ilegales a empresarios y políticos, vuelve a la actualidad en Cataluña con el caso de espionaje a mansalva a dirigentes de partidos, jueces y empresarios. Este escándalo se ha destapado tras descubrirse la grabación de una conversación entre la líder del PP catalán y la excompañera de Jordi Pujol Ferrusola, grabación que presuntamente habría sido encargada desde el PSC. La vecina comunidad, algunos de cuyos mandamases andan enfrascados en una aventura secesionista que tiene ribetes de trampantojo, contribuye así a enrarecer el clima de la vida nacional con su parte alícuota de miseria local. Puro tipismo español. La mezcla de micrófonos ocultos, cohechos, malversación de caudales públicos, dinero en fuga, comisiones, dosieres secretos, políticos lábiles, antiguas novias despechadas y corrupciones variadas tal vez habría servido a Manuel Vázquez Montalbán para componer en la cosmopolita Barcelona una truculenta aventura de su detective Pepe Carvalho, colmada del rancio sabor de la avaricia y la estupidez humanas. Estupefactos estamos los ciudadanos. Por si teníamos poco con los Bárcenas de turno, que aparecen y desaparecen como por arte de magia de la plantilla del PP, viene ahora la clase dirigente catalana a recordarnos con crudeza cuál es el nivel de ensimismamiento y zozobra de la política en este país. El paro bien, gracias.
Heraldo de Aragón - 17/2/2013 

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