Heraldo de Aragón - 20/1/2013
lunes, 21 de enero de 2013
Llamarse a andana
Visto lo que se nos cuenta sobre Bárcenas, ¿por qué habría
de extrañarnos que al presidente de la Comunidad de Madrid le parezca normal la
compra de un ático de lujo por 770.000 euros para veranear en la Costa del Sol,
mientras los ciudadanos sufren los negativos efectos de la crisis económica? El
ostentoso piso que Ignacio
González y su esposa han adquirido a la sombra de Marbella es
la cínica manera que algunos políticos tienen de entender su actividad al
frente de las instituciones: han acabado convirtiéndose en una élite, bien
protegida de la tormenta que cae inmisericorde sobre los demás mortales. ¿Qué
decir entonces de los 22 millones de euros que el exsenador y extesorero del PP
acumuló en una cuenta en Suiza sin que exista constancia de su origen? ¿Y del presunto
pago en dinero negro a parte de la cúpula del partido durante años, hecho
negado por sus actuales dirigentes mediante el simple procedimiento de llamarse
a andana? A pesar de los intentos por minimizarlo, el caso Gürtel y sus
derivadas se están revelando en toda su dimensión como una trama de corrupción
política y financiera nacida en el corazón mismo del PP. Nada parece
diferenciar esta historia de aquel viento huracanado que con el nombre de
Filesa asoló al PSOE un día. Hay otros casos, así que si los partidos no los atajan
de una vez por todas, el hartazgo social que provocan y la creencia
generalizada de que se protege a los corruptos acabarán minando de manera
irreversible la confianza en el sistema.
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