martes, 16 de octubre de 2012

El Canfranero

Es digno de admirar el tesón de los ciudadanos que todos los años reclaman en Canfranc la reapertura de la línea internacional de ferrocarril con un doble objetivo: mejorar las comunicaciones de Aragón con Europa y preservar el medioambiente del Pirineo central. La constancia de quienes creen que es posible y rentable ese trazado es solo superada por la indefinición con que los gobiernos de Francia y España vienen tratando este asunto, que aparece y desaparece periódicamente de los comunicados oficiales que cierran las cumbres entre ambos países. En el encuentro que François Hollande y Mariano Rajoy celebraron esta semana en París, ambos mandatarios decidieron retomar, junto con Aquitania y Aragón, los estudios para la reapertura de la línea. Otra vez los estudios. Sin presupuestos para obras. Sin plazos. En esto se nos va el tiempo. Habrá que recordar que, mientras tanto, a este lado de la cordillera, el tramo entre Huesca y Canfranc languidece, lo mismo que los viejos automotores  que circulan por la vía: apenas unas horas antes de la cumbre hispano-francesa, la avería de dos trenes obligó a interrumpir el servicio. Rudi subió ayer hasta Canfranc, para entrevistarse con el presidente de Aquitania. Lo hizo en el canfranero desde Jaca. Si hubiera montado en Zaragoza, habría tenido que hacerlo a las siete menos veinte de la mañana. Y habría invertido en el viaje cuatro horas y diez minutos en el mejor de los casos. La realidad frente a las promesas.  
Heraldo de Aragón - 14/10/2012

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