martes, 27 de noviembre de 2012

Aniversario

Al filo del primer aniversario del triunfo de Rajoy por mayoría absoluta, la penúltima ocurrencia del Gobierno ha sido la de anunciar su disposición a otorgar el permiso de residencia a los extranjeros que compren una vivienda por un importe superior a los 160.000 euros. La propuesta tiene efectos colaterales tan desatinados —abriría España a las mafias exteriores a cambio de arrojar una ligera brisa sobre el mercado inmobiliario—, que da idea del desconcierto político de quienes tienen el mandato ciudadano de dirigir los destinos del país en tiempos de crisis. Un año después de aquella rotunda victoria electoral, se ha disuelto la confianza mayoritaria de los españoles en la capacidad de la derecha para gestionar los asuntos económicos y generar riqueza. Si la desastrosa herencia dejada por Rodríguez Zapatero explica en parte el pobre balance de los últimos doce meses, nada justifica que un partido acuda las urnas con un programa que incumplirá de manera sistemática desde el primer día. Hay más paro y más pobreza, los ajustes han laminado el Estado del bienestar, la desconfianza en la clase política y en el sistema ha crecido alarmantemente y nos encontramos ante una profunda crisis territorial, cuya espita en Cataluña también fue abierta en su día por Zapatero. No tiene el PP motivos para la satisfacción y ninguno el PSOE para la crítica al actual Gobierno. Se lo recordaron a unos y a otros los cientos de miles de ciudadanos que la semana pasada se manifestaron por las calles del país.
Heraldo de Aragón - 25/11/2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario